La integración del sistema y un acceso mucho mayor a la información sobre la Industria 4.0 satisface una necesidad urgente de las empresas: mayor eficiencia. La reducción de costos a través de la optimización de procesos y recursos sin pérdida de calidad y capacidad productiva es uno de los mayores desafíos de las industrias brasileñas y globales en un escenario de competitividad creciente.

Con la Industria 4.0, las fábricas disponen de nuevas tecnologías, como herramientas para la recopilación y análisis de información, entre ellas: big data, inteligencia artificial, computación en la nube e Internet de las cosas. Estas son características que permiten una toma de decisiones más asertiva, acciones predictivas y planificadas, basadas en la gestión de datos procesados a alta velocidad.

Información valiosa que rara vez está disponible hoy en día, como la fabricación, que se considera el principal sector en la generación de datos. Sin embargo, utiliza menos del 1% de dichos datos para respaldar una decisión. El análisis avanzado de datos puede, por ejemplo, reducir drásticamente los materiales viejos y el inventario, y mejorar los procesos generales para generar mayores ganancias.

Una encuesta realizada por Senai (Área de la Industria en Brasil) con datos proporcionados por la encuesta de McKinsey, dice que los impactos positivos estimados de las fábricas inteligentes son bastante significativos:

  • Reducción de los costos de mantenimiento entre 10% y 40%;

  • Disminución del consumo de energía entre 10% y 20%;

  • Aumento de la productividad laboral entre 10% y 25%;

  • Mayor precisión en las previsiones de demanda de alrededor del 80%.

Estas son cifras porcentuales que dependen de la estructura de la empresa y están relacionadas con el grado de inversión a realizar. Especialmente con respecto al consumo de energía, la Industria 4.0 tiene en eficiencia energética obtener uno de sus principales beneficios. Según la información del  7° Congreso Brasileño de Innovación en la Industria, el 42% de la energía consumida en el sector industrial se desperdicia en diferentes problemas, como la pérdida de calor e iluminación insuficiente, entre otros.

Sumado al factor de eficiencia energética, esencial para una industria que consume el 54% de toda la energía producida en el mundo, la convergencia de tecnologías físicas, digitales y biológicas permite el desarrollo de nuevos modelos y servicios comerciales, monitoreando productos desde la producción hasta el uso final por consumidores. El concepto de eficiencia se vuelve realmente más significativo a través de soluciones basadas en procesos mucho más controlados, productivos e innovadores.